¡Ya estoy aquí otra vez! Después de dos meses más perdida que el barco del arroz 😀 Pero hoy no os traigo receta, sino que vengo a enseñaros una de las cosas que me ha tenido tan ocupada últimamente: la fiesta de cumpleaños Frozen de las niñas.
Yo no recuerdo ninguno de mis cumpleaños de cuando era pequeña. Sé por las fotos que éramos el ciento y la madre y que siempre había una tarta enorme de nuestra pastelería preferida, pero yo no tengo ningún recuerdo en concreto. Y me encantaría acordarme.
Por eso intento hacer participar lo más posible a las niñas en los preparativos de sus cumples: Empiezan eligiendo la temática, pasamos un mes decidiendo lo que vamos a hacer de comer, los regalitos para los invitados, los detalles decorativos… y luego otro mes haciéndolo todo, jajaja. Yo me ocupo de la mayor parte de la comida, pero en la deco ellas participan al máximo, cada una en la medida de sus posibilidades.
Este año, como no, el cumpleaños tenía que ser de Frozen. De hecho, desde que salió la película mis hijas ya no se llaman Olivia y Elia, sino Elsa y Anna. Me imagino que no soy la única con ganas de suicidarse tras horas escuchando «libre sooooooooooooy, libre soooooooooy» cantado a todo pulmón (gallo incluido, claro, porque eso no hay cristiano que lo cante en condiciones). Y aún es peor cuando acabas cantándolo tú mientras preparas los macarrones 😀
Aunque he de reconocer que me parto de la risa cuando la mayor va al baño y la pequeña viene y se pega a la puerta y le dice:
-«Hazme un muñeco de nieveeee, venga vamos a jugar…»
Y Olivia le contesta:
-«Vete Anna»
Y entonces Elia, con los hombros gachos y carita de pena:
-«Vale adioooooooos..»
La verdad es que, aunque curramos como burras, nos lo pasamos muy bien haciéndolo. Un verdadero trabajo en equipo. Y tuvimos la ayuda inestimable de nuestra querida Michele, nuestra au pair este año, que desgraciadamente ha tenido que marcharse por problemas familiares (we miss you sweetie!!!!!!!!!)
Entre las tres prepararon los cakepops de Krispies trabajando en cadena: una hacía la bolita, otra echaba las bolitas de colores y otra ponía el palito.
Yo preparé los cupcakes de vainilla y las niñas les pusieron las bolitas de colores y los copos de nieve de azúcar.
Hice el diseño de los toppers con PS y ellas los cortaron con la troqueladora de festón y pegaron detrás los palillos con masking tape. También los usamos para decorar las botellitas.
Olivia se encargó solita de decorar las cucharillas con diamantitos adhesivos, porque para que no se despegaran usamos la pistola de cola, y de Elia todavía no me fío para eso.
Para los invitados preparamos unas coronas (para las niñas) y unos cuernos de reno (para los niños) hechos de goma EVA con unas plantillas de Sister’s suitecase. Decoramos las coronas con unos brads de diamantitos, y los cuernos los fijamos con grapas. Grapamos también elástico ancho para que se adaptaran a todas las cabezas.
En vez de chuches, hicimos unas bolsitas con los ingredientes para hacer un muñeco de nieve, comestible claro: Dos nubes blancas grandes para la cabeza y el cuerpo, dos pequeñas para hacer los pies, dos trocitos de palitos salados para los brazos, un jelly bean naranja para la nariz y 4 chips de chocolate negro para los ojos y los botones.
Y mientras ellas se entretenían con eso, yo preparaba las galletas decoradas, merengues de vainilla y limón, unos mini-bollycaos caseros…
…unas gominolas de menta caseras, los macarons, que no podían faltar en la mesa (si no a las niñas les da algo)…
…los disfraces de las niñas…
…y por supuesto las tartas…
Hace ya unos años que paso del fondant, sobre todo en verano. No veas qué rollo con las temperaturas que tenemos por aquí abajo. Prefiero trabajar con crema de mantequilla, que meto la tarta en la nevera hasta el último momento y me quedo tan pancha.
Desde que vi el encaje de azúcar en la tienda de Silvia (Megasilvita), tenía unas ganas locas de probarlo. Estuve hablando con ella para que me aconsejara y me confirmara que se podía usar sobre buttercream. Y no sólo se puede, sino que se puede meter en la nevera también sin problemas (incluso congelarse según pone en las instrucciones, aunque eso no lo he probado).
Para la decoración me decanté por unos medallones de chocolate blanco con las caritas de Anna y Elsa. Prometo prepararos un paso a paso con la técnica que utilicé, que es sencillísima y el resultado espectacular.
En fin, que lo pasamos genial, pero eso es normal cuando se junta una con un montón de buena gente y cerveza fresquita, jajaja. Pero que conste que a los niños no les dimos cerveza, ¿eh?.
Espero que os haya gustado. Ni que decir tiene que si alguna quiere los imprimibles que usé en la fiesta no tiene más que clicar en cualquiera de las redes sociales que aparecen abajo, compartir este contenido y tendrá acceso a los archivos.
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Y con esto me despido hasta Septiembre, no sin antes anunciaros que este otoño estará disponible mi curso de EDICIÓN FOTOGRÁFICA PARA FOTOGRAFÍA CULINARIA, en el que usando Lightroom y Photoshop, os enseñaré a sacarles el máximo partido a vuestras fotos, haciéndolas más apetecibles. Bueno, y tengo otro proyecto más entre manos, pero de ese aún no puedo decir ni mu, jiji
Mil besos♥